Este fin de semana se me fue ligero como una hoja en la brisa matutina, dejándome un sabor de vacío, son esos días en que no logras pisar sensaciones plenas, tampoco rechinaron mis dientes, cosa que hago cuando algo especial me ocurre, tampoco aprete mis manos, (cuando quiero retener los momentos), no paso nada de eso, simplemente se fue. Tal vez paso porque no pude situarme como debía en el presente, estaba adelantada en los días. Mañana comienzo en un nuevo trabajo, una oportunidad muy interesante y con nuevos desafíos, eso es bueno, lo malo…, no se que tiempo me quede para «mis momentos» esos que destino a mi blog, a visitar a mis queridos amigos, a leer sus interesantes aportes, en resumen a mirar por las ventanas que me entrega la red, a caminar con las palabras por ese mundo que aprieto con los ojos, veremos…, seguramente y como corresponde, será lo mejor para mí, siempre lo es, aún cuando en apariencia creamos lo contrario.
Me da tanto gusto cuando cuando logro arrugar el mundo y acercar a las personas que considero valiosas, meterlas en mi universo o que de alguna manera puedan vislumbrarse entre sí.
¡Dios!, si hay tantas estrellas dentro de esta galaxia que casí enceguezco de alegre asombro.