Entre el cielo y la tierra
Como una mariposa gris me voy descamando,
tenues y transparentes pieles caen en dolorosa letanía
hasta ser parte de la tierra misma.
Miro y me miran como me voy transformando,
con un doloroso olor dulzón y una ausencia ácida.
En un suspiro del tiempo, dejo de sentir y me vuelvo nada,
una nada que comprende una claridad que ciega y ensordece.
Y sin embargo cada día estoy más ciega, más ciega de mundo.