Hay días en que las letras cabalgan en mis dedos y no tengo el tiempo para soltarlas en un prado de papeles vestidos de espera. Pero aún así, rápido y sin mucho meditar suelto unas pocas para poder respirar más libremente.
Hoy ha sido uno de esos días en que me despliego por el mundo como una mancha celeste, veo como aparecen los brotes en las esquinas de los caminos todos, caminos de los que me transitan, de los que se bañan en mis ojos, de aquellos que silenciosos me buscan, y mi mancha de celeste y mi cuerpo de nube me arrebatan de vida. Hay días asi…